su ABOGADO ESPAÑOL en NUEVA ZELANDA

 

LA VACUNA LEGAL 

 

Es frustrante para un abogado cuando su cliente acude con problemas en busca de una solución legal y que de hecho ya no la tienen. En la mayoría de casos se debe a que los documentos firmados dan por completo la razón a la parte contraria (aunque verbalmente y en privado las partes acordaran algo distinto que lógicamente ni puede probarse ni tiene soporte legal documentado).

No puedo enfatizar suficiente la importancia de acudir al abogado a tiempo, antes de vincularse en un contrato, sea de la clase que sea.

Muchos contratos que parecen estándar pueden ser negociados antes de firmarlos. Un simple contrato de trabajo puede ser muy gravoso si contienen según qué tipo de restricciones que sean de aplicación para terminar la relación laboral (p.ej. restrain of trade).  A pesar de que los contratos de trabajo contienen generalmente una cláusula recomendando que se obtenga asesoramiento legal, el 99% de los trabajadores firman sin tener claros algunos términos del contrato.

Lo mismo puede decirse de invertir en un negocio. Dicha decisión comporta un riesgo y el abogado, quien tiene experiencia precisamente en todos esos casos que salieron mal, puede tomar precauciones a la hora de negociar el contrato y/o dar consejo acerca de cómo proteger la posición de su cliente para evitar el fracaso.

En el área inmobiliaria, cada vez más se compra y vende de forma privada (sin la intervención de un agente). Sin embargo, a pesar de los montantes que se manejan, son pocos los que deciden pedir una cita con su abogado para informarse antes de firmar un contrato. Lógicamente la consecuencia es que una vez firmado resulta muchas veces imposible arreglar el problema.

Lo mismo es aplicable a situaciones de crisis matrimonial, temas hereditarios, planeamiento sucesorio…

Nunca he puesto en duda la capacidad de mis clientes de entender el contenido de un contrato. Pero hay que tener siempre presente que el abogado es un profesional que lidia a diario con problemas y por tanto, desde su experiencia, puede anticipar futuros problemas y explicar los riesgos de la transacción o negociar los cambios necesarios a un contrato para minimizar dichos riesgos.

El coste de una consulta a tiempo es dinero bien invertido. El coste de una consulta una vez surge el problema puede ser dinero desperdiciado.
Del mismo modo que nos vacunamos contra enfermedades, deberíamos acostumbrarnos a “la vacuna legal”.

 

logo

inglés
home
contacto
enlaces
público
QUIÉN SOY
MI COMPROMISO CON LOS CLIENTES
HONORARIOS
CONSEJOS LEGALES
TESTIMONIOS